Hacia una Temporada de Gracia Duradera

Síntesis de la experiencia sinodal de la Diócesis de Sacramento

Enlaces Rápidos:

Introducción

El pasado 17 de octubre de 2021, la Diócesis Católica Romana de Sacramento se unió a las diócesis de todo el mundo para comenzar el Sínodo sobre la Sinodalidad, que Su Santidad el Papa Francisco formalmente inauguró el 9 de octubre en Roma. La visión del Papa Francisco estableció un evento eclesial de dos años diseñado para invitar e involucrar a todo el Pueblo de Dios en el proceso sinodal. La fase diocesana precede a las fases regionales y continentales, y los frutos de esta comunión y participación mundial expansiva culminan con la reunión de los obispos en Roma, en octubre de 2023. En ese momento, los obispos invocarán al Espíritu Santo, "la fuente de la comunión y la misión”,1 percibiendo los impulsos manifestados en los corazones de todos los que respondieron al llamado a escuchar y aprender unos de otros, intencionalmente y en oración, unidos durante la fase diocesana.

El proceso sinodal de la Diócesis reconoce los elementos esenciales deseados por el Santo Padre: encontrar a Cristo en los demás, oír con oídos que escuchan y reflexionar con intención. Estos énfasis fomentaron una temporada duradera de gracia que ya está en marcha en la Diócesis—una temporada que aún está floreciendo en respuesta a la Carta Pastoral del Llamado a la Santidad del Obispo Jaime Soto de abril 2021 (Apéndice A) que también invita a la conciencia, el discernimiento y la acción en y entre las estructuras existentes, específicamente los consejos pastorales parroquiales, para inspirar la santidad.

En consecuencia, los consejos pastorales parroquiales asumieron funciones clave en la implementación de sesiones de escucha sinodales en toda la diócesis. Guiadas por el apoyo instructivo de la diócesis a principios de noviembre de 2021, las parroquias comenzaron a organizar sus respectivos eventos a fines de noviembre. Muchas otras entidades, igualmente, preparadas para convocar, incluidos, pero no limitado a, los decanatos de sacerdotes y diáconos; congregaciones religiosas; organizaciones y agencias laicas católicas; y organizaciones juveniles, escuelas y Centros Newman. A menudo, los grupos anfitriones sirvieron a poblaciones de idioma inglés y español.

Dimensión Espiritual

Al identificar la lectura del Evangelio de Mateo 14:13-21 (Apéndice B) y la imagen artística bíblica correspondiente del Milagro de los Panes y los Peces de Giovanni Lanfranco (Apéndice C), tanto un espíritu de hospitalidad como un espíritu de sinceridad y bienvenida en todos se despertó durante los preparativos sinodales.

La escritura del Obispo Soto de enero 2022 en la revista diocesana, Catholic Herald, (Apéndice D) relata esta trascendencia e invita a los fieles a contemplar la escena y contemplar “la humanidad de Jesús para que nos maravillemos de la divinidad…”. Al hacerlo, el drama de Lanfranco despierta la curiosidad espiritual y convoca a un conjunto de virtudes como el trabajo humilde, la gratitud, la generosidad y la misericordia, todo lo cual conduce a la abundancia y la prosperidad. Por lo tanto, en la imitación de Jesús, todos acogieron una espiritualidad de hospitalidad enraizada en el servicio y el amor mutuo—el susurro de la divinidad dentro de su propia humanidad—convirtiéndolo en el fundamento espiritual para su escucha.

La selección de la imagen se relaciona intencionalmente con el Avivamiento Eucarístico Nacional, que comienza el domingo 19 de junio 2022 de Corpus Christi. La obra de arte de Lanfranco invita al espectador a identificar a un participante en el milagro e imaginarse a sí mismo—en varias etapas de la vida—en la presencia del Señor. De la misma manera, somos atraídos a reconocer su Presencia Real en la Sagrada Eucaristía.

Recursos

El sitio web de la diócesis ofreció acceso fácil en línea a los materiales del sínodo, incluyendo un mensaje en video del obispo (Apéndice E), una descripción general del proceso (Apéndice F), detalles completos para los facilitadores (Apéndice G) y una presentación de PowerPoint (Apéndice H) que estructuró las sesiones de escucha. Se enviaron paquetes a los párrocos y administradores parroquiales con copias de la materia en línea, así como tarjetas de oración para los participantes de la sesión de escucha. La hermosa tarjeta reprodujo la oración sinodal, cuatro preguntas de reflexión para el criterio de los participantes y la imagen de Lanfranco.

La Diócesis proporcionó detalles sobre cómo organizar sesiones de escucha dentro de los limites de tiempo deseados y recomendaciones para tomar notas. Las comunicaciones animaron a los organizadores de la sesión a comunicarse con católicos activos y no practicantes, vecinos no católicos y vecinos pobres y marginados. Los materiales también ofrecieron interacciones consistentes con el propósito de la sinodalidad—escucharnos unos a otros “no para que podamos entender mejor lo que queremos”, sino más bien “para escuchar y entender mejor lo que el Señor Jesús quiere para sus discípulos”.2

Desafíos al proceso sinodal

La Diócesis de Sacramento abarca 20 condados y casi 43,000 millas cuadradas. Bendecidos con una multitud de oportunidades de ministerio en ambientes rurales y urbanos, el reto siempre es  llegar a todos los rincones de manera consistente con recursos limitados. Los recursos digitales facilitan la comunicación, aunque muchas áreas fueron insuficientes para facilitar las sesiones de escucha del sínodo que incluyen grandes franjas representativas de sus comunidades.

El limite de tiempo para producir sesiones de escucha sinodales preocupó a muchos en medio de las realidades de los continuos efectos de la pandemia. Además, el lanzamiento de las sesiones de escucha se produjo durante la altura de otras prioridades litúrgicas, lo que generó preocupación con respecto a la participación.

Sorpresas en el proceso sinodal

A pesar de los retos, la Diócesis de Sacramento recibió un significo efusión de gracia cuando el Espíritu Santo se movió por el norte de California. Las sesiones de escucha de todo tipo de tamaño y variedad (incluidas las plataformas de videoconferencia) se produjeron durante un período de cinco meses. Más de 250 reportes se enviaron a la diócesis a través de un proceso de formulario electrónico que contiene las experiencias y los sueños recopilados de miles de participantes del sínodo. Un resumen demográfico (Apéndice I) ofrece información sobre quienes participaron.
La gran respuesta y participación de las sesiones de escucha del sínodo inspiró a los participantes con su contexto de conversación espiritual. El sínodo motivó un deseo general de integrar el proceso sinodal como un medio para la misión en curso.

Recolectando los frutos

Un equipo del sínodo diocesano de 10 personas compuesto por clérigos, religiosos, personal de la cancillería y educadores llevó a cabo la síntesis inicial del discernimiento espiritual comunitario, recogiendo los frutos de la oración y la reflexión de los participantes. El trabajo del equipo reconoció temas y dio una idea de la experiencia de la Iglesia viviente en Sacramento, particularmente en lo que respecta a los aspectos que dan vida, así como a las realidades desafiantes. Además, obtuvieron ideas e inspiraciones con respecto al crecimiento y el compromiso, y la importancia general del proceso sinodal. El producto del equipo alentó la fase final de discernimiento que invitó a tres cuerpos diocesanos existentes a reunirse y contemplar los impulsos del Espíritu Santo, lo que condujo a la síntesis final. Estos incluyeron miembros del Consejo Pastoral Diocesano, el Consejo Presbiteral y el Consejo de Diáconos.

Viajar Juntos, Siempre está en Temporada

A medida que la Iglesia avanza a través del tiempo con reverencia por las estaciones litúrgicas, las sesiones de escucha sinodales en la Diócesis de Sacramento similarmente experimentaron el movimiento rítmico de las estaciones cíclicas y el Espíritu Santo en acción. Las conversaciones celebraron las verdades que dan vida y la belleza al igual de fácil como hicieron la transición a desafíos o preocupaciones no reconciliadas. Sutilmente, el viaje cambió, como cambian las estaciones, para revelar los impulsos del Espíritu, las flores del árbol y la esencia de la sinodalidad. Con una aguda conciencia de la necesidad de crecer a lo largo de estos tiempos, los participantes del sínodo impartieron su Adviento y Navidad, Cuaresma, Triduo y Pascua, y definitivamente su tiempo Ordinario.

Un mayor criterio y síntesis de estos pensamientos, ideas y sueños de las sesiones de escucha arrojan luz sobre el discipulado y la misión. La independencia percibida de voces singulares reveló una unidad inequívoca, sino hasta una responsabilidad compartida por la renovación, la santidad y la fidelidad a Cristo y su Iglesia. Expresiones similares y desiguales se unieron respetuosamente, honrando la interconexión de la doble jornada del discípulo misionero que es: 1) entre sí como Pueblo de Dios, y 2) como Pueblo de Dios con toda la familia humana.

El cristiano bautizado avanza por la gracia del Espíritu Santo en una misión perpetua de encuentro y acompañamiento, invitando a otros a unirse en comunidad con una disponibilidad sin reservas para enviar nuevos discípulos para hacer discípulos de todas las naciones.

“Estamos llamados a abrirnos cada vez más a la acción del Espíritu Santo, a ofrecer nuestra disponibilidad sin reservas a ser instrumentos de la misericordia de Dios, de su ternura, de su amor por cada hombre y cada mujer y especialmente por los pobres, los marginados y los que están lejos.” – Papa Francisco, discurso, 17 de mayo de 2013

Viajar Juntos Fomenta la Vida

Los participantes primero reflexionaron sobre los aspectos vivificantes de la Iglesia mientras meditaban el Evangelio de San Marcos considerando cómo Jesús alimentó a sus discípulos y a las grandes multitudes.

Al traducir esta escena a la Iglesia de hoy, cuatro temas comunes surgieron, que apuntan a (a) la importancia de una práctica personal de fe siempre floreciente, de la cual la gracia fluye hacia afuera, y (b) los frutos de una expresión pública intencional de la fe, hecha visible en la participación, comunión y misión—en efecto, la fe vivida y enfocada en el servicio a Dios y a la esfera más amplia de la humanidad.

Sacramentos

La pintura de Lanfranco no solo representa el milagro de los panes y los peces sino también a Jesús como el pan de vida. Produjo ardor por la Eucaristía, el pan de vida, alimento para el viaje, y la fuente y cumbre de la fe católica.

“Es un tiempo para volver a encarrilar nuestras vidas con respecto a ti, Señor, y a los demás”, implora el Papa Francisco al inicio de la pandemia llamando a una elección intencional, “un tiempo para elegir lo que importa y lo que pasa, un tiempo para separar lo necesario de lo que no lo es”.3

Las sesiones de escucha confirmaron un profundo amor y elección por la vida sacramental, describiéndola como dadora de vida y vital para la renovación perpetua de una relación viviente con Jesucristo. La eucaristía, la reconciliación y la unción de los enfermos fueron citadas con frecuencia. Como fuentes de gracia y sanación, los dones restauradores de los sacramentos durante el apogeo de la pandemia crearon una profunda conciencia y aprecio por la verdadera hambre y sed por Cristo en el mundo en medio de una temporada de tormentas y oscuridad terrenal. Los participantes destacaron cómo los sacramentos empoderan a los fieles con la gracia de la propia vida de Cristo e infunden sus habilidades como discípulos para entrar en el mundo, dándose vida a sí mismos a través del servicio y la comunión.

Devociones y sacramentales como la Adoración del Santísimo Sacramento y el rosario, entre muchas otras prácticas, se suman a las formas y maneras en que los católicos se acercan más a Cristo.

Formación de la Fe

El ministerio de la formación de la fe también se destacó entre los participantes de la sesión de escucha, quienes lo reconocieron como muy valioso para transmitir y edificar la fe, especialmente entre los adolecentes y jóvenes adultos. Este sentido de valor parecía arraigado en experiencias personales, y la comprensión y conocimiento que dan vida se derivaron de aprovechar las oportunidades de formación.

Existe un claro y profundo anhelo de honrar el misterio, compartir la fe y elevarla en los corazones de toda la humanidad. Las sesiones de escucha revelaron cuántos se sienten animados por los esfuerzos para llegar a las familias en apoyo de la iglesia doméstica y ofrecer actividades y retiros significativos para adolecentes y jóvenes adultos. Muchos reconocieron que la Palabra de Dios y la predicación también dan vida, sugiriendo la naturaleza catequética de la predicación y su poder efectivo para responder a la necesidad y el deseo de la gente de ser alimentados.

Los participantes también ven la formación de la fe como el vínculo que da vida a los hijos adultos que ya no asisten a la iglesia ni practican ninguna fe. Cada vez son más los jóvenes que expresan no tener interés por el don de la fe. Si bien muchos jóvenes pueden haber experimentado un viaje eclesial con la Iglesia, muchos de esos viajes no sirvieron para desarrollar relaciones personales con Cristo o unir los sacramentos a una práctica de fe activa.

Comunidad

Con una fe interior intencional y creciente, inspirada en la catequesis de toda la vida, el discípulo se nutre del camino interior personal para entrar en comunión con el Cuerpo de Cristo, participar en la comunidad y caminar en la misión. Esta interacción y armonía viven en comunidad y representan un aspecto vital que da vida a la Iglesia en Sacramento.

Los participantes de las sesiones de escucha reconocieron y apreciaron la rica diversidad de sus parroquias, mejor descrita como diversidad cultural y étnica, pero también geográfica y socioeconómica. Muchos expresaron su gratitud por el sentido de bienvenida y hospitalidad que encuentran en sus propias parroquias. Sin embargo, a pesar de lo alentador y pastoral que puede ser la hospitalidad internamente dentro de una parroquia determinada, muchos creyeron que la comunidad podría enriquecerse con una mayor atención al compromiso comunitario—un enfoque consciente en darnos la bienvenida unos a otros, pero también dar la bienvenida a "personas nuevas, visitantes, personas diferentes a mí, personas con quienes aún no hemos sido hospitalarios.” Los miembros de la comunidad crecen en Cristo al examinar áreas de posible abandono, supervisión y oportunidad para recibir hospitalidad.

Los participantes distinguieron la hospitalidad de la inclusión, indicando la necesidad de una mayor inclusión de todos los grupos culturales, raciales y lingüísticos, así como de los marginados y de personas que se identifican como LGBT. Esta orientación hacia el exterior representa más que amabilidad en el esfuerzo continuo de la inclusión, procediendo al acompañamiento y al intercambio mutuo. Surgió como un elemento importante de caminar juntos como lo modeló Jesús en la representación de Lanfranco. La escena revela, y los participantes del sínodo notaron, que todos están “en un lugar diferente, todos queriendo algo de Jesús, pero no saben qué o cómo obtenerlo”. Las experiencias comunitarias infunden la vida de un Jesús misericordioso en la humanidad.

Servicio

Destacado en las discusiones de las sesiones, el tema del servicio a los pobres y necesitados es dador de vida tanto para los que lo reciben como para los que dan de su tiempo, talento y riqueza. Las graves circunstancias de los últimos años inspiraron a muchos a mantenerse firmes en su compromiso de apoyar y contribuir a la Iglesia y los programas que ayudan a los menos afortunados. Muchos reconocieron el buen trabajo de la Sociedad de San Vicente de Paúl y los Caballeros de Colón y destacaron el servicio como el epítome del discípulo misionero que viaja con toda la familia humana. En este sentido, el servicio es visto como la extensión tangible del amor de la comunidad vivido en la caridad.

Muchos participantes también compartieron su alegría al ofrecer sus dones o carismas como laicos para servir a la Iglesia y facilitar las necesidades incumplidas de la parroquia y su gente. Esto también responde al llamado del discipulado asegurando el bienestar y la función de la comunidad parroquial para que pueda vivir su misión a través de cada temporada.

Viajar Juntos es un Reto

Los participantes de las sesiones de escucha también trajeron sus cargas y desafíos a Jesús en este encuentro sinodal. Estas preocupaciones no reconciliadas enfrentan a la Iglesia y su gente a nivel local, causando tensiones y angustias a medida que las personas buscan la paz de Jesús, el Buen Pastor, para sí mismos y para aquellos a quienes aman.

A menudo, las cargas presentan barreras para el discipulado misionero en el sentido más amplio y dificultades para el liderazgo ministerial y gubernamental en un sentido pastoral. Con humildad y respeto, los oyentes abrían sus oídos y corazones a los problemas reales y cotidianos y buscaban “la novedad que Dios quiere sugerir”1 por medio de la gracia del Espíritu Santo. Tres temas destacados surgieron.

Realidades sociales contrapuestas/divergentes

El desafío de “estar en el mundo, pero no ser parte de él” plantea conflictos y fricciones en la mente, en la familia, en el lugar de trabajo y en las bancas de la iglesia. Diversas filosofías, sistemas, secularismo y miedo desvían la atención de Jesús, frecuentemente impidiendo la santidad. Más que simples distracciones, el desorden de la vida es "donde vivimos", ya que las personas enfrentan las cargas impuestas por vidas ocupadas y desequilibradas, y la necesidad resentida frecuentemente de hacer malabares con el trabajo y la familia. Muchos pueden caer en la atracción de la tecnología y las redes sociales que prometen gratificación instantánea y escapes apaciguadores, ya que también incitan al relativismo y roban tiempo y devoción a los bienes superiores del silencio, la paciencia y la oración.

En medio de la pandemia, las luchas con las intervenciones del gobierno secular y su influencia provocaron divisiones dentro de la Iglesia, el Cuerpo de Cristo y el Pueblo de Dios. Mientras que las parroquias trabajaban para responder y servir en un ambiente caótico, la pandemia expuso la vulnerabilidad de la Iglesia en su capacidad para conectarse significativamente con los fieles cuando la misa comunitaria en persona se volvió inconsistente. El debate y hasta la ira por los cierres, las limitaciones litúrgicas y la respuesta de la Iglesia a la pandemia continúan, lo que genera puntos de vista distintos sobre la seguridad y la reintegración. La cuestión de la convergencia de la política secular con la Iglesia y sus enseñanzas sigue siendo problemática en el contexto de la libertad religiosa.

Del mismo modo, los puntos de vista seculares y las incursiones de las prioridades prominentes de la Iglesia antes de la pandemia continúan siendo preocupantes: los temas de respeto por la vida, por ejemplo, han disminuido, al igual que las conversaciones sobre inmigración y justicia restaurativa, aunque la pandemia no los ha hecho menos importantes o reales.

Profundamente, resonó una Iglesia responsable de “cambiar el mundo” en lugar de un “mundo que cambia la Iglesia”. El énfasis en una Iglesia compasiva resuelta a “no diluir la verdad ni comprometerse para hacer feliz a la gente” resultó primordial.

Identificarse con la Iglesia Católica

La ambigüedad de vivir y compartir la fe con alegría y defender la fe católica presentó una lucha compleja. Algunos participantes describieron ser católicos como “una carga indefendible”. Los temas destacados que perpetúan el problema incluyen: (1) el manejo de la crisis de abuso del clero, (2) la falta de roles para las mujeres en la Iglesia y la percepción resultante de que la Iglesia está fuera de contacto, y (3) la contradicción entre las enseñanzas de Jesús del amor al prójimo con algunas enseñanzas de la Iglesia consideradas como “no receptivas” hacia los vulnerables y marginados.

El discernimiento postuló que el deterioro de la credibilidad de la Iglesia y la responsabilidad moral apunta a estas dolorosas realidades, pero también sugirió más causas subyacentes que no se articularon tan claramente. De hecho, las noticias y los estándares aparentemente paradójicos se convierten en forraje frontal y prioritario a expensas de una angustia personal más profunda. Por ejemplo, nuestro énfasis en la dignidad de la vida humana puede parecer que se aplica de manera inconsistente y singular a lo largo de líneas políticamente partidistas, cuando en verdad, la dignidad de la vida humana encapsula todos los asuntos de la vida desde el vientre hasta la tumba.

La fuerza y ​​la participación de las mujeres surgieron como un contrapunto, citando su “generosidad, responsabilidad y honradez al dar un paso al frente en la vida sacramental y litúrgica de la Iglesia”. De lo contrario, surgió un llamado para que más hombres se involucren en vivir su liderazgo espiritual de familia mientras esposos y padres, insinuaron que la activación de todos los laicos—hombres y mujeres—es necesaria.

La falta de confianza, por lo tanto, surge sobre muchos que tratan de identificarse con la Iglesia de hoy. Muchos temen que las tradiciones y reglas sean más importantes que la unidad y el amor al prójimo. Los participantes lamentaron que los mensajes más fuertes son “lo que la gente no puede hacer o no puede ser”. En lugar, un enfoque en la proclamación de la misión de la Iglesia, su misericordia y su gracia salvadora debe prevalecer.
La reconstrucción de la confianza se considera esencial, citando la necesidad de hacerlo tanto con los católicos practicantes al igual que con aquellos que han caído o se han alejado de la Iglesia, y con aquellos que aún pueden ser evangelizados.

Cuestiones de valor y los consiguientes efectos relacionales

Muchas cargas se centran en sentimientos arraigados de falta de merecimiento que surgen de dudas o de experiencias y percepciones negativas de la Iglesia. Cada expresión causa aún más preocupación profunda y dolor emocional debido a los efectos resultantes de las relaciones.

A los padres y abuelos les preocupa que sus hijos y nietos hayan perdido la fe y que quizá nunca vuelvan a misa. Se preguntan si han fracasado como padres. Los participantes se sienten mal preparados para compartir o defender su fe cuando los presionan sus hijos o la sociedad en general.

Algunos participantes que se identifican como LGBT sienten que han sido colocados fuera de la Iglesia y que sus dones no son deseados, como también fue el caso de muchos católicos divorciados y que se volvieron a casar sin una declaración de nulidad. Otros grupos, como padres solteros, inmigrantes y personas de color sugieren la falta de oportunidades para contribuir en la vida de la Iglesia.

Muchos participantes expresan compasión y se preocupan por las personas que se sienten indignas a recibir la Eucaristía, dando a entender que las malas experiencias en la confesión o las nociones preconcebidas de las enseñanzas de la Iglesia los alejan. A los participantes les entristece que algunos se sientan juzgados dentro de la Iglesia y, por tanto, estar “fuera” de la Iglesia se vuelve más atractivo.

Los participantes del sínodo sienten que el juicio también se filtra en otros aspectos de las operaciones de la Iglesia, con el liderazgo parroquial posiblemente alejando a las personas con actitudes y creencias de mente cerrada, o por la inhabilidad de invitar y darle la bienvenida a la participación. Por lo tanto, al ser relegados al margen de la vida parroquial, algunos se dan por vencidos.

Algunos citan el pensamiento crítico en la Iglesia como la razón fácil para irse, eligiendo la evasión sobre la acción. Se vuelve más fácil evitar conversaciones difíciles que tomar la decisión consciente de conocer la situación y la humanidad de alguien.

Al reconocer la conciencia entre muchos participantes de estar “mal equipados”, o tener nociones o percepciones preconcebidas de las enseñanzas de la Iglesia, surge una clara necesidad de catequesis para todos. Y mientras que los primeros instintos tienden a ser la catequesis y la conversión, la sabiduría de Jesús nos enseña a sanar primero, a amar primero, fomentando relaciones con todos los hijos de Dios en sintonía con la gracia del Espíritu Santo. Al hacerlo, se ayuda a las personas a pertenecer para que puedan llegar a creer.

Cualquier sentimiento de aislamiento causado por el liderazgo parroquial o el clero también requiere atención para asegurar culturas que lleguen a aquellos que se han apartado o que se sienten marginados, conocer a las personas en su vida práctica con un espíritu de acogida y hospitalidad. El ministerio pastoral debe esforzarse por reconciliar y guiar a la humanidad a través de los umbrales diarios de la conversión con sensibilidad a la experiencia única de cada persona (con cuidado adicional de no juntar a grupos con experiencias y necesidades muy diferentes) al mismo tiempo que se ora por la renovación y la gracia.

Los asuntos de indignidad llevan a la Iglesia a un lugar de profunda humildad y, por lo tanto, a un lugar de inmensa gratitud por la gracia que nos avanza en el discernimiento. A medida que crecemos como cristianos, nuestra capacidad de amar a los demás debe ser convincentemente atractiva a la medida en que otros quieran venir y aprender acerca de Jesús.

Hallazgos Fundamentales

Viajando juntos con el Espíritu Santo que nos lleva al crecimiento, al compromiso

Las conversaciones espirituales de la gente de la Diócesis de Sacramento significaron una gran temporada de discernimiento y produjeron abundantes frutos. Aunque separados por grandes distancias y tiempo, perspectivas y experiencias, en la diversidad, el Espíritu Santo se presentó, inspirando unidad en cinco áreas clave que animan el discipulado y la misión. Como discípulos que crecen y se comprometen en la santidad y la misión, el Espíritu Santo alienta sobre nosotros la gracia necesaria para reforzar y fortalecer todo lo que es dador de vida. Al mismo tiempo, el Espíritu Santo empodera a la Iglesia para enfrentar las cargas emocionales y los desafíos de la humanidad junto con compasión, hospitalidad y amor.

Claves para el crecimiento y el compromiso

  • Oración – Un deseo e intención pronunciados de crecer en la oración y orar más. Un fuerte deseo por los encuentros sacramentales que acerquen al Señor Jesús a sus discípulos.
  • Oportunidades para compartir la fe y la formación – Un llamado a unirse para compartir nuestra fe—dando testimonio y recibiendo formación—a nivel de parroquia y decanato, así como en formatos virtuales.
  • Escritura – La necesidad de leer las Sagradas Escrituras en pequeños grupos de estudio de la Biblia para aprender, conocer y crecer, y tener la esperanza de que las oportunidades para estudiar la Biblia sean abundantes.
  • Servicio – Una aspiración de servir a otros en el ministerio.
  • Confianza en Dios – Un anhelo de crecer en la confianza en Dios.

La prominencia de estas esperanzas y sueños para la iglesia de Sacramento entre todas las sesiones de escucha sugiere una visión común de las formas en que las personas saben que pueden crecer y participar más plenamente. Después de un mayor discernimiento, las recomendaciones sobre cómo la Iglesia local puede facilitar estos encuentros se pueden encontrar en la sección de Conclusiones de este informe.

Viajando juntos en consulta, colaboración, comunidad

El proceso sinodal conmovió a los participantes de muchas maneras, recibiendo elogios y apoyo para futuras oportunidades de reunirse, escuchar y compartir nuevamente.

Descrito como un ejercicio espiritual, muchos encontraron sus conversaciones espirituales centradas en Dios, Jesús y el Espíritu Santo. Participar en las sesiones de escucha ofreció alegría, esperanza e inspiración para el futuro con personas que vieron los métodos de compartir, escuchar y dialogar como significativos.

Más allá del aspecto espiritual, otros vieron valor en las virtudes de construcción comunitaria del proceso sinodal. Los participantes vieron las sesiones de escucha como ambientes cordiales, seguros y sin prejuicios. Muchos descubrieron que no estaban solos y se sintieron consolados al enterarse de las experiencias, los factores estresantes y los retos compartidos, incluyendo la necesidad de continuar confiando en Dios. Los participantes hablaron de sentimientos de "conexión unos con otros" y "pertenencia al Cuerpo de Cristo".

Finalmente, el proceso sinodal cristalizó el discipulado y la hospitalidad. Los participantes descubrieron una nueva vitalidad y el deseo de participar en su fe—liderar con el ejemplo, compartiendo los dones y talentos propios, especialmente en el servicio de los más necesitados. También reconocieron la necesidad de ser receptivos e inclusivos dentro de la Iglesia y más allá de los muros de la parroquia como la sal de la tierra y la luz del mundo, hacia una temporada duradera de gracia.

Conclusiones

La experiencia sinodal para la Diócesis de Sacramento reintrodujo una metodología clásica sobre cómo la Iglesia consulta con su pueblo para tomar decisiones bien discernidas. Escucharse unos a otros informa la toma de decisiones, inspira compasión e invita a la comunidad a participar en la Iglesia. El resultado puede ser una mayor eficacia en la administración y liderazgo, mientras que se crea un desarrollo espiritual significativo entre el Pueblo de Dios.

La sinodalidad nos muestra que las personas, los pastores y las parroquias deben asociarse y caminar juntos como Iglesia, receptivos a la gracia del Espíritu Santo, pero también como participantes generosos de esa gracia. Es en esta comunión y participación que escuchamos y oímos la voz de Cristo—escuchemos atentamente y escuchemos a Jesús y a lo que nos llama.

Aquí la Iglesia identifica cómo puede facilitar encuentros espirituales y traducir los hallazgos del sínodo en compromisos vitales para crecer en Cristo y participar en su Iglesia.

1. Una manera de vida espiritual

Una comunidad "saludable", ya reconocida como poderosamente dadora de vida, requiere atención continua. La comunidad parroquial es donde se hacen posibles el crecimiento y el compromiso, personal y espiritual. Las parroquias se enfocaron en crear una cultura sacramental reanimada con la intención de crecimiento espiritual para explorar la gama de recursos disponibles que mejor se alinean con las necesidades espirituales expresadas, incluidos servicios de apoyo y consejería con sensibilidades católicas.

Es la comunidad que invierte en las personas la que también fomenta relaciones personales con Jesucristo a través de los sacramentos, la catequesis y las obras de caridad. La gente tiene hambre y sed por la relevancia que sólo se satisface en la paz de Cristo. Los encuentros con el Espíritu Santo sacan a las personas del ruido a un lugar de paz.

En última instancia, las culturas prósperas de participación, comunión y misión llevan a las personas a un lugar donde la confianza instintiva en Dios se desarrolla más plenamente y se extiende a lo largo de la vida.

2. Un ambiente acogedor y hospitalario

La comunidad está más amenazada por la falta de espíritu acogedor y hospitalidad. Las parroquias, los ministerios y las personas individuales deben examinar los tapetes de bienvenida en cada umbral y, lo que es más importante, los tapetes de bienvenida en cada corazón. El descuido y la desatención se pueden corregir a favor de entrenar los sentidos para identificar oportunidades para recibir a las personas y brindar hospitalidad con calidez, alcance y orientación.

Las familias y los padres deben sentirse apoyados en sus alegrías y tristezas, y en sus celebraciones y sus luchas al grado en que la parroquia se sienta como un “segundo hogar”. Este segundo hogar apoya a la iglesia doméstica de maneras creativas para que la familia de hoy pueda evitar la pérdida de la fe entre sus hijos y sentirse confiadamente anclada en Cristo para que los niños, adolecentes y jóvenes adultos “se apropien” de su fe y desarrollen sus relaciones personales con Jesús, convertirse en administradores de la Nueva Evangelización y discípulos misioneros.

Cada parroquia debe evaluar honestamente cómo vive el amor de Jesús hacia los feligreses que pueden sentirse excluidos o ignorados, atendiendo sus necesidades para que ellos también puedan sentir la plenitud de la fe. Se debe tomar cuidado para dar la bienvenida a cualquier persona que se sienta desanimada de participar y contribuir debido a su raza, etnia, otros problemas de identidad, problemas familiares y generacionales, o país de origen. Aquellos que se encuentran en circunstancias desafiantes o solitarias, como los ancianos, los padres solteros y los católicos divorciados, o aquellos que han dejado la Iglesia o se han apartado, todos deben experimentar el abrazo de bienvenida y el apoyo de los hermanos y hermanas en Cristo que sirven como ministros de la esperanza.

Reconociendo una realidad “post-cristiana”, la Iglesia enfrenta la condenación por carecer de entornos inclusivos. Las invitaciones pueden extenderse a aquellos que se sienten alienados y que buscan conocer a Jesús a través de su Iglesia. La Iglesia en fidelidad a la Sagrada Escritura, la Sagrada Tradición y los Sacramentos existe para compartir el don de la salvación de Jesús.

3. Un enfoque en la construcción intencional de comunidad

La programación intencional y de calidad para el espectro de edades representa el vehículo más seguro para brindar oportunidades comunitarias para la oración, el intercambio de fe y la formación, estudios bíblicos y oportunidades de servicio significativas. Tales ofrendas pueden segmentar poblaciones, apoyando cada fase de la vida, cada hito y cada etapa hacia una renovación perpetua en la fe. Una concentración especial en los programas para adolecentes y jóvenes adultos es primordial.

La oración existe naturalmente en la liturgia y en varios grupos de oración. También se puede dar énfasis al desarrollo de la oración personal en los individuos, examinando los métodos de oración y los elementos importantes de la escucha tranquila de Dios y el discernimiento subsiguiente.

El intercambio de fe y la formación en la fe, y los estudios bíblicos pueden incluir reuniones presenciales y virtuales que se adapten a diferentes objetivos. La atención a la formación se vuelve crucial para avivar el fuego de la fe entre los participantes. Dirigiendo la energía para (1) implementar metodologías creativas para la formación de la fe y (2) encontrar a aquellos con dones y talentos para impartir la fe produce frutos de inspiración y conversión.

Las oportunidades de servicio pueden existir en ministerios permanentes diseñados para ayudar a los necesitados dentro de la parroquia o comunidad local. También podrían alinearse con otros esfuerzos comunitarios para llegar a los pobres y marginados. El servicio se manifiesta en el compartir los dones, talentos y carismas personales en otras formas fructíferas, también, quienes apoyan a la parroquia pastoral, organizacional y creativamente o en la evangelización. Vivir, ser testigo y compartir a Cristo con los demás en el servicio efectivamente forma corazones generosos a través de la humildad y el despojo de sí mismo para una verdadera felicidad trascendente.

Se debe considerar las diferentes ventajas y desventajas de las parroquias, cada una con circunstancias únicas relacionadas con el personal y los recursos financieros. Un modelo parroquial para toda la programación podría no funcionar siempre. Los decanatos regionales y la participación diocesana pueden crear asociaciones de programación, fortaleciendo a toda la comunidad. Sobre todo, la atención a la programación no significa necesariamente una ampliación del trabajo, sino un compromiso intencional y cualitativo con las necesidades de la comunidad.

Apéndices

Apéndice A

Llamado a la Santidad del Obispo Jaime Soto Carta Pastoral Abril 2021 »

Apéndice B

Lectura Bíblica seleccionada: Mateo 14:13-21

Oyéndolo Jesús, se apartó de allí en una barca a un lugar desierto y apartado; y cuando la gente lo oyó, le siguió a pie desde las ciudades. Y saliendo Jesús, vio una gran multitud, y tuvo compasión de ellos, y sanó a los que de ellos estaban enfermos. Cuando anochecía, se acercaron a él sus discípulos, diciendo: El lugar es desierto, y la hora ya pasada; despide a la multitud, para que vayan por las aldeas y compren de comer.  Jesús les dijo: No tienen necesidad de irse; dadles vosotros de comer. Y ellos dijeron: No tenemos aquí sino cinco panes y dos peces. Él les dijo: Traédmelos acá. Entonces mandó a la gente recostarse sobre la hierba; y tomando los cinco panes y los dos peces, y levantando los ojos al cielo, bendijo, y partió y dio los panes a los discípulos, y los discípulos a la multitud. Y comieron todos, y se saciaron; y recogieron lo que sobró de los pedazos, doce cestas llenas. Y los que comieron fueron como cinco mil hombres, sin contar las mujeres y los niños.

Apéndice C

Imagen Bíblica seleccionada »

Apéndice D

Columna del obispo, Catholic Herald de Sacramento, enero/febrero de 2022 »

Apéndice E

Mensaje en video/Obispo Jaime Soto/Apertura de la fase diocesana del sínodo »

Apéndice F

Resumen del proceso del sínodo »

Apéndice G

Instrucciones para los moderadores »

Apéndice H

Diapositivas PowerPoint para sesiones de escucha »

Apéndice I

Resumen de las poblaciones y características de los participantes: Diciembre de 2021 a abril de 2022

La Diócesis Católica Romana de Sacramento experimentó una participación notable en las diversas sesiones de escucha que ocurrieron en toda la Diócesis en un período de cinco meses.

Las instrucciones exhortaron a los anotadores de la sesión a capturar información general sobre los participantes; es decir, cuantas personas asistieron, si eran católicos o no católicos, y una captura de edad inespecífica. Muchos grupos anotaron características individuales adicionales para documentar más detalladamente sus respectivas experiencias.

Colectivamente, a través de estos métodos informales, la Diócesis presenta una descripción general de los participantes para contar la historia de su camino sinodal. Una advertencia importante debe ser reconocida: este resumen no pretende ser un análisis de datos o una representación estadística de los participantes, sino simplemente una forma de obtener una perspectiva y comprensión de quién participó. La información cuantitativa presentada aquí no se puede generalizar con precisión a la población regional más grande o a la población católica regional.

Informes Presentados de las Sesiones de Escucha Sinodal: 251

Creencia

  • Participantes Católicos Activos: Mas de 2,050 personas se declararon católicas. Dentro de este grupo, muchos se identificaron además como "convertidos" y "católicos que regresaron". Un pequeño número de participantes (menos de 35) todavía se identifican como católicos, pero informaron que no son practicantes.
  • Catecúmenos: Hubo muchos participantes comprometidos en el Rito de Iniciación Cristiana de Adultos.
  • Participantes Cristianos No Católicos: Muchos otros cristianos se unieron al proceso sinodal, incluidos varios pastores de otras denominaciones. Otras prácticas religiosas representadas fueron Luterana, Episcopal, Metodista, Iglesia de los Santos de los Últimos Días, Bautista, Unificación y otros interreligiosos o no específicos.
  • No Cristianos: Algunas sesiones de escucha informaron de la participación de vecinos Judíos y Baháʼís.
  • No Creyentes: Algunos participantes se identificaron como agnósticos y algunos se autodescribieron como "no religiosos".

Participación en el Ministerio Católico

Muchos participantes católicos ofrecieron su participación en el ministerio. Algunos ministerios recurrentes en la lista incluyeron coro, lectores, sociedad del altar, catequista, ministro de jóvenes, ministro de adultos jóvenes, ministro extraordinario de la Sagrada Comunión, sacristán y ministerio filipino.

Edad

Entre las personas que asistieron había algunos de tan solo 13 años y otros tenían más de 90 años. Algunas escuelas católicas organizaron la participación de clases de octavo grado. Se convocaron muchos grupos de jóvenes, así como muchas reuniones de universitarios. Constantemente los reportes informaron que los participantes tenían entre 40 y 70 años.

Raza/Etnia

Los reportes variaron mucho en la captura de información racial o étnica. Las categorías mencionadas incluyeron afroamericanos, asiáticos, brasileños, caucásicos, filipinos, hispanos, latinos y nativos americanos.

Otros descriptores

Muchos tomadores de notas informaron una variedad de descriptores utilizados por los participantes durante las sesiones de escucha para describir más a fondo sus experiencias, compromisos, entornos o situaciones. Estos descriptores se enumeran a continuación sin ningún orden.

  • Padres/Madres
  • Mujeres en Liderazgo
  • LGBT, Lesbianas, Gay
  • LGBT aliado
  • Graduado
  • Líder empresarial
  • Estudiante
  • Personal
  • Sin Hogar
  • Marginado
  • Divorciado
  • Duelo por pérdida de cónyuge, hijo
  • Viudo
  • Discapacitado
  • Religioso
  • Adolescente
  • Clero
  • Diácono
  • Grupo Juvenil
  • Víctima de incendio forestal
  • Migrante
  • Reubicado en Sacramento

Anfitrión de sesiones de escucha/tipos de facilitadores

Las reuniones en persona ocurrieron con mayor frecuencia, aunque varias sesiones se llevaron a cabo a través de plataformas de reuniones en línea. Las parroquias diocesanas a menudo organizaron sesiones de sínodo, pero muchos otros grupos brindaron la organización y el liderazgo para que las personas se reunieran, como se indica a continuación.

  • Consejos Pastorales Parroquiales
  • Decanatos de Sacerdotes
  • Decanatos de Diáconos
  • Padres de Formación en la Fe
  • Grupos de adultos jóvenes
  • Congregaciones religiosas
  • Centros Newman
  • Organizaciones caritativas católicas

1 Discurso de Su Santidad el Papa Francisco para la apertura del Sínodo, sábado 9 de octubre 2021.
2 Mensaje en video del obispo Jaime Soto a los fieles sobre la fase diocesana del sínodo, 17 de octubre 2021.
3 Cristo en la Tormenta, Papa Francisco, Urbi et Orbi, 27 de marzo, 2020.