Mensaje a los Fieles del Mons. Jaime Soto - Volviendo al Altar

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Queridos Amigos en Cristo:

La comunidad católica en la Diócesis de Sacramento podrá celebrar la Fiesta del Cuerpo y la Sangre de Cristo, Corpus Christi, alrededor de los altares sagrados de sus templos parroquiales el domingo 14 de junio.

Estoy levantando la dolorosa suspensión de las celebraciones públicas del Sacrificio de la Misa a partir del lunes, 8 de junio.  Esto ayudará a los sacerdotes a preparar las iglesias para la gloriosa Fiesta del Corpus Christi.  Las parroquias que están preparadas para implementar todos los protocolos de salud pública necesarios pueden comenzar a ofrecer misa con los fieles el 8 de junio.

Mis hermanos sacerdotes y yo estamos dando todos los pasos para asegurar que la Fiesta del Corpus Christi se celebre de una manera que brinde tranquilidad a todos nuestros hermanos y hermanas en el Señor Jesús.

Las guías públicas que compartí recientemente para resumir las celebraciones públicas de la Misa se han actualizado para reflejar nuestro trabajo continuo con los funcionarios de salud pública. Estas guías están disponibles en el sitio web diocesano.  Estas guías incluyen limitar la asistencia al menor de dos opciones: 25% de la capacidad de la iglesia o un máximo de 100 congregantes. Los sacerdotes también pondrán estas guías a disposición de sus feligreses.  Consulte con su parroquia local para confirmar el horario de misas y otras directivas destinadas a proporcionar un ambiente seguro para todos en la asamblea del templo.

La pandemia de COVID-19 no ha terminado, pero las condiciones han mejorado lo suficiente como para que podamos comenzar a ofrecer la Misa y otros sacramentos de una manera prudente y responsable. Todavía es necesario mantener el distanciamiento social. Se recomienda usar mascarillas en la iglesia.  Los mayores de 65 años deben quedarse en casa. Aquellos con una condición de salud vulnerable también deben continuar en sus hogares. Para mejor asegurar la protección a los más vulnerables entre nosotros, la dispensa de la obligación de asistir a la misa dominical aún está vigente.  Si se siente enfermo o tiene síntomas similares a los de la gripe, no venga a la Iglesia.  Permanezcan en casa.  Una vez más, consulte el sitio web diocesano o su parroquia para obtener más información sobre cómo estar seguros y protegerse mutuamente del contagio del coronavirus.

Con estas nuevas guías establecidas, todavía no podemos volver a la mesa como en el pasado.  A medida que nos adaptamos a estos cambios, todos estamos llamados a una mayor caridad y comprensión durante esta transición.  Nuestra vigilancia continuada respeta a los afligidos y honra a quienes arriesgan sus propias vidas al cuidarlos. Los esfuerzos que cada uno de nosotros hacemos son un acto de solidaridad cristiana que fortalecerá todo el Cuerpo de Cristo.

Nuestro Señor Jesús ha sido el Buen Pastor durante las temporadas de Cuaresma y Pascua.  Él también ha sido nuestro sabio y buen Maestro al instruirnos a través de los sacrificios que hemos soportado.  Estas tribulaciones continuarán para muchos de nosotros.  Nuestra participación en la pasión del Señor ha ofrecido una comunión en la muerte salvadora del Señor.

Mientras nos preparamos para acercarnos al altar del sacrificio del Señor, ojalá que conozcan Su misericordia consoladora y Su gracia alentadora.  Este domingo de Pentecostés, seguimos reuniéndonos a puerta cerrada como lo hicieron los primeros discípulos.  La Santísima Madre María estuvo presente acompañándolos mientras rezaban.  Ella seguramente estará con cada uno de ustedes y sus familias.  Oren con ella mientras ella intercede por todos nosotros.  Su ejemplo nos enseña a estar dóciles a los impulsos del Espíritu, incluso en estos días inciertos.  El Espíritu Santo nos ayudará a recibir al Señor Jesús con las manos y los corazones abiertos a medida que se acerca la Fiesta del Corpus Christi.

Tengan la seguridad de que el Mons. Weigand, mis hermanos sacerdotes y este servidor continuamos ofreciendo nuestras misas y orando por todos ustedes para que pronto podamos saborear y ver la bondad del Señor.

Atentamente,

+Jaime Soto
Obispo de Sacramento

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