2022 Day of Reconciliation and Unity

The Diocese of Sacramento designates every second Wednesday of March as a Day of Reconciliation and Unity. Reconciliation, in its deepest sense, means to "make friends again." We must first seek that reconciliation with God himself. We must be the friends of God.

God offers us this season of Lent to spend more time in prayer and penance, recognizing where we have been wounded, and where we are guilty of wounding others. For this reason, the Lenten Season is an opportune time to approach Confession, the Sacrament of Penance. God desires us to seek his mercy and grace, so that we may be reconciled and returned to friendship with him.

Discrimination and racism wound our communion with God and with one another. St. Paul reminds us that we are members of the one body of Christ, the Church. No one can say to another, "I do not need you."

During our examination of conscience, consider the ways we have wounded the Body of Christ by failing to acknowledge the dignity of all the members of Christ's body. We are blessed with families from many races, nationalities, and cultures. This wonderful communion of life is often wounded by fear, rivalry, and indifference.

In the fifteenth chapter of the gospel of John, Jesus said to all his disciples, "You are my friends." We must do the same.

When we follow the example of Jesus, we bring the Church closer to the hope Jesus expressed in his prayer to the Father on the night before he died: "That they may all be one, as you, Father, are in me and I in you, that they also may be in us, that the world may believe that you sent me."

When we dedicate ourselves to reconciliation and unity we personally share in the work of the Holy Eucharist. In the Eucharist we become a sacrament of unity and an instrument of reconciliation.

On this day of Reconciliation and Unity, in this season of Lent, together let us pray that God’s mercy may help us heal the wounds of division so that we may be reconciled with God and with one another and we may all be one in Christ Jesus, our Lord.


2022 Día de Reconciliación y Unidad

La Diócesis de Sacramento designa cada segundo miércoles de marzo como un Día de Reconciliación y Unidad. La reconciliación, en su sentido más profundo, significa "volver a hacerse amigos". Primero debemos buscar esa reconciliación con Dios mismo. Seamos amigos de Dios.

Dios nos ofrece este tiempo de Cuaresma para pasar más tiempo en oración y penitencia, reconociendo como hemos sido heridos y cuando somos culpables de haber lastimado a otros. Por eso, el tiempo cuaresmal es un momento oportuno para acercarnos a la Confesión, al Sacramento de la Penitencia. Dios desea que busquemos su misericordia y gracia, para que podamos reconciliarnos y volvamos a ser amigos con él.

La discriminación y el racismo lastiman nuestra comunión con Dios y entre nosotros. San Pablo nos recuerda que somos miembros del único cuerpo de Cristo, la Iglesia. Nadie puede decirle a otro: "No te necesito".

Durante nuestro examen de conciencia, considere las formas en que hemos herido el Cuerpo de Cristo al no reconocer la dignidad de todos los miembros del cuerpo de Cristo. Somos bendecidos con familias de muchas razas, nacionalidades y culturas. Muchas veces esta maravillosa comunión de vida es herida por el miedo, la rivalidad y la indiferencia.

En el capítulo quince del evangelio de Juan, Jesús les dijo a todos sus discípulos: "Ustedes son mis amigos". Digamos lo mismo.

Cuando seguimos el ejemplo de Jesús, llevamos la Iglesia más acerca a la esperanza que Jesús expresó en su oración al Padre la noche antes de morir: "Que todos sean uno como tú, Padre, estás en mí y yo en ti. Que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado."

Cuando nos dedicamos a la reconciliación y la unidad, participamos personalmente en la obra de la Sagrada Eucaristía. En la Eucaristía nos convertimos en sacramento de unidad e instrumento de reconciliación.

En este día de Reconciliación y Unidad, en este tiempo de Cuaresma, oremos juntos para que la misericordia de Dios nos ayude a sanar las heridas de la división para que podamos reconciliarnos con Dios y entre nosotros y todos seamos uno en Cristo Jesús, nuestro Señor.