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On Saturday evening, the statue of St. Junipero Serra was defaced and torn down from its place in Capitol Park. The group’s actions may have been meant to draw attention to the sorrowful, angry memories over California’s past, but this act of vandalism does little to build the future.
There is no question that California’s indigenous people endured great suffering during the colonial period and then later faced the horror of government-sanctioned genocide under the nascent State of California. This legacy is heartbreaking. Yet, it is also true that while Fr. Serra worked under this colonial system, he denounced its evils and worked to protect the dignity of native peoples. His holiness as a missionary should not be measured by his own failures to stop the exploitation or even his own personal faults. Holiness, in the end, is more a result of God’s grace and our willingness to cooperate with His mercy. Archbishop Gomez’s letter of July 1st illustrates some of the Franciscan friar’s efforts to do so: https://angelusnews.com/voices/letter-to-the-faithful-for-the-memorial-of-st-junipero-serra/
Understanding the efforts of Fr. Serra to bring light into the bitter, bleak darkness of colonial ambition is the difficult task of history. So is the present arduous work to chart the future with hope. The strenuous labor of overcoming the plague of racism should not be toppled by nocturnal looting. Dialogue should not abdicate to vandalism. Nor should these unnerving episodes distract us from the duties of justice and charity upon which a better California can be built.
On this Fourth of July weekend, we are reminded that our common cause is to be a living monument to those words carved into the American soul, “We hold these truths to be self-evident, that all men are created equal, that they are endowed by their Creator with certain unalienable Rights, that among these are Life, Liberty and the pursuit of Happiness.”
All monuments are imperfect as are our efforts to live up to America’s founding ideals. The primary task is to build up our community, not tear it down.
A noche, la estatua de San Junipero Serra fue disfigurada y tumbada de su lugar en el Parque del Capitolio. Las acciones de los autores pueden haber intentado llamar la atención a las memorias dolorosas y rencorosas sobre el pasado de California pero este acto de vandalismo no hace nada para construir el futuro.
No se puede cuestionar, los pueblos indígenas de California sufrieron una gran angustia durante el periodo colonial y luego enfrentaron el horror de una genocida, hecha con una aprobación gubernamental, bajo el recién formado Estado de California. Este legado lastima el corazón. Aunque es cierto que Padre Serra trabajó bajo un sistema colonial, el Fraile denunció sus maldades y se esforzó para proteger la dignidad de los pueblos indígenas. No puede medir su santidad como misionero en la frustración de los esfuerzos para detener la explotación o aun sus propias fallas. Santidad, al fin, es más el resultado de la gracia divina y nuestra disposición de colaborar con Su misericordia. La carta de Mons. Gómez de primero de Julio ilustra algunos de los hechos de este fraile franciscano en este sentido: https://angelusnews.com/archbishops-esp/carta-a-los-fieles-para-el-memorial-de-san-junipero-serra/
Comprender los esfuerzos del Padre Serra de traer luz a la obscuridad amarga de la avaricia colonial es la difícil tarea de historiadores. Así es también la exigente labor nuestra para encaminar el futuro con esperanza. Que el trabajo arduo de superar la plaga del racismo no sea tumbado por desorden nocturno. El diálogo no debe abdicarse al vandalismo. Ni deben estos episodios preocupantes distraernos de las tareas de justicia y caridad con que un mejor California sería construido.
En este fin de semana de cuarto de julio, el Día de Independencia, nos recordemos nuestra causa común de ser monumentos vivos a aquellas palabras inscrito en el alma americano, “Sostenemos que estas verdades son evidentes en sí mismas: que todos los hombres son creados iguales; que son dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables; que entre éstos están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad.”
Todos los monumentos son imperfectos como son nuestros esfuerzos de cumplir con los principales valores americanos. La tarea principal es edificar comunidad, no tumbarla.