My brother priests and I will remain focused on shepherding the communities entrusted to our care. It has been the Catholic tradition to provide places for people to worship without fear, to learn without distraction, to find healing without shame, and to be a good neighbor for all. Belonging to a community is a fundamental expression and affirmation of the dignity of every person.
These positive endeavors have contributed to the building up of vibrant neighborhoods and safer communities where we see one another as neighbors and friends. We are prepared to partner with those who seek the same. It is my hope that law enforcement at all levels of government recognizes the importance of respectful collaboration with schools, places of worship, hospitals and community-centered sites so that families and children may be safe and prosper together.
To our brothers and sisters who feel fears and uncertainty, I remind you that the “Lord hears the cry of the poor” (Psalm 34:7). I assure you that you are not alone. You are in my prayers as I entrust you to the heart of Our Lady of Guadalupe. May you find comfort in her maternal mantle. May her Son, the Lord Jesus, bring us all together as brother and sisters.
+Jaime Soto
Bishop of Sacramento
La preocupación de este servidor y mis hermanos sacerdotes es por ustedes y por nuestra responsabilidad de proveerles los ambientes necesarios para acercarse a Dios, educar sus hijos, mantener la salud, y cultivar una viva convivencia social. Esta labor ha sido nuestra tradición y no terminará con cualquier cambio de ley. Estas obras sirven a toda la comunidad y contribuye al desarrollo de vecindades sanas y seguras.
Ha sido la tradición católica proporcionar lugares para que la gente pueda adorar sin miedo, aprender sin distracciones, encontrar sanación sin vergüenza y ser un buen vecino para todos. Pertenecer a una comunidad es una expresión y afirmación fundamental de la dignidad de cada persona.
Siempre estaremos dispuestos a colaborar con todos que busquen lo mismo. Tengo la esperanza de que las agencias judiciales en todos los niveles de gobierno reconozca la importancia de la colaboración respetuosa con las escuelas, los templos del culto, los hospitales y los centros comunitarios para que las familias y los niños puedan estar seguros y prosperar juntos.
A nuestros hermanos y hermanas que sienten temores e incertidumbre, les recuerdo que el “Escucha el Señor el clamor del pobre (Salmo 34:7). Les aseguro que no están solos. Están en mis oraciones mientras los encomiendo al corazón de Nuestra Señora de Guadalupe. Que su manto maternal les sirva de consuelo. Que su Hijo, Jesús, nos ilumine para que reconozcámonos mutuamente como verdaderos hermanos y hermanas.
+Jaime Soto
Obispo de Sacramento