Chapter 11 Reorganization Updates

9/16/2025

Update on Our Chapter 11 Reorganization

On April 1, 2024, Bishop Jaime Soto filed a Chapter 11 petition with the United States Bankruptcy Court on behalf of the Diocese of Sacramento. This step was not taken lightly. It became necessary after California’s most recent changes to the statute of limitations for child sexual abuse cases — specifically the three-year window from 2020 to 2022 created by AB 218 — led to approximately 260 civil lawsuits naming the bishop as a defendant.

The bankruptcy process is a necessary step to address the substantial number of claims by those who have been abused by clergy and other Church employees and volunteers. The bishop remains fully committed to acknowledging the harm caused by the grave sins of abusers and the failures of leadership to protect the vulnerable.

Without filing a bankruptcy petition, it would be possible for a few cases to exhaust the limited resources available, leaving others with little or nothing. This process will help ensure that all claims are treated fairly and that no one is denied a chance to be heard or supported.  Across the country, nearly all dioceses and religious organizations that have reached settlement plans in Chapter 11, have done so through a mediation process. Here in Sacramento, we are committed to participating in such a process in good faith. This mediation process brings together survivors, represented by the creditors’ committee, the bishop, and insurers to share information openly and work toward a resolution that is respectful, transparent, and fair to all survivors.

So far, the proceedings have made important progress. A court-appointed professional mediator, chosen by all parties, has begun holding sessions. To support this work, the Diocese has shared extensive information with the Creditors’ Committee to help build trust and move discussions forward. In March, a special court session was held, offering a group of survivors the opportunity to speak directly to Bishop Soto about their experiences. This step was jointly agreed to by the bishop and the Creditors’ Committee to promote healing and continue the bishop’s atonement for the sins of clergy sexual abuse.

The bankruptcy proceedings required the bishop to seek a pause on more than 200 lawsuits against parishes and schools while negotiations for a global settlement were underway. The bishop, in consultation with the parish committee, reached a compromise that allows four cases to proceed to trial in state court, while the remaining cases remain on hold. As part of this compromise, the plaintiffs and Creditors Committee have agreed that for these four cases they will only seek payment from the insurance carriers and will not seek parish property for payment beyond what is covered by liability insurance. That means that parish assets will not be used to pay a judgment in these four cases if the case gets that far. The bishop is making every effort to achieve a global settlement as part of the Chapter 11 reorganization before any of these cases go to trial.

The bishop believes deeply in this process and in the commitment of all involved to work toward a resolution. Our goal remains clear: to seek healing, and accountability for the survivors of clergy sexual abuse, to provide fair compensation and to ensure that our parishes, schools, and ministries can continue serving families and communities throughout Northern California.

As this process continues, we will keep the faithful of the Diocese of Sacramento informed. Bishop Soto asks for your continued prayers for victim-survivors, for all who have been harmed by these grave sins, and for the Church as she works to repent, rebuild trust, and remain faithful to the Lord Jesus and the mission he has entrusted to her.


Actualización sobre nuestra reorganización bajo el Capítulo 11

El 1 de abril de 2024, el Obispo Jaime Soto presentó una petición de reorganización de deudas bajo el Capítulo 11 ante el Tribunal de Bancarrotas de los Estados Unidos en nombre de la Diócesis de Sacramento.  Esta decisión no se tomó a la ligera. Fue necesaria debido a las recientes modificaciones en la ley de prescripción de California para los casos de abuso sexual infantil, concretamente el período de tres años entre 2020 y 2022 establecido por la ley AB 218, que provocó que se interpusieran unas 260 demandas civiles con el obispo como demandado.

El proceso de bancarrota es una medida necesaria para dar respuesta a la gran cantidad de demandas presentadas por las víctimas de abusos cometidos por miembros del clero y otros empleados y voluntarios de la Iglesia. El obispo sigue plenamente comprometido en reconocer el daño causado por los graves pecados de los abusadores y las negligencias de los líderes en la protección de las personas vulnerables. 

Sin presentar una solicitud de bancarrota, es posible que algunos casos agoten los recursos limitados disponibles, dejando a otros con muy poco o nada. Este proceso ayudará a garantizar que todas las demandas sean tratadas justamente y que nadie se vea privado de la oportunidad de ser escuchado o recibir apoyo. En todo el país, casi todas las diócesis y organizaciones religiosas que han llegado a acuerdos en el marco del Capítulo 11, lo han hecho a través de un proceso de mediación. Aquí en Sacramento, estamos comprometidos a participar en este proceso de buena fe. Este proceso de mediación reúne a las víctimas, representadas por el comité de acreedores, el obispo y las compañías de seguros, con el objetivo de intercambiar información de forma abierta y trabajar para lograr una solución que sea respetuosa, transparente y justa para todas las víctimas.

Hasta el momento, el proceso ha avanzado significativamente. Un mediador profesional, designado por el tribunal y elegido por los involucrados, ha comenzado a realizar las sesiones. Para apoyar este trabajo, la Diócesis ha compartido una gran cantidad de información con el Comité de Acreedores con el fin de fomentar la confianza y facilitar el diálogo. En marzo se celebró una sesión judicial especial, que ofreció a un grupo de sobrevivientes la oportunidad de hablar directamente con el obispo Soto sobre sus experiencias. Esta medida fue acordada por el obispo y el Comité de Acreedores con el fin de promover la sanación y continuar con el proceso de reparación del daño causado por los abusos sexuales cometidos por el clero.

El proceso de bancarrota obligó al obispo a solicitar la suspensión de más de 200 demandas judiciales contra parroquias y escuelas mientras se realizaban las negociaciones para un acuerdo global. Al consultar con el comité parroquial, el obispo llegó a un acuerdo que permite que cuatro casos sean llevados a juicio en los tribunales estatales, mientras que los demás casos permanecen en espera. Como parte de este acuerdo, los demandantes y el comité de acreedores han convenido que, en estos cuatro casos, solo reclamarán el pago a las compañías de seguros y no solicitarán la venta de bienes de la parroquia para cubrir pagos que exceda la cobertura del seguro de responsabilidad civil. Esto significa que los bienes de la parroquia no se utilizarán para pagar una sentencia en estos cuatro casos, incluso si el proceso judicial llega a esa etapa.  El obispo está haciendo todo lo posible para lograr un acuerdo global como parte del proceso de reorganización según el Capítulo 11, antes de que uno de estos casos llegue a juicio.

El obispo cree firmemente en este proceso y en el compromiso de todos los implicados para lograr una solución.  Nuestro objetivo sigue siendo claro: buscar la sanación y la reparación del daño causado a las víctimas de abuso sexual por parte del clero, brindarles una compensación justa y garantizar que nuestras parroquias, escuelas y ministerios puedan seguir sirviendo a las familias y comunidades de todo el norte de California.

A medida que avance este proceso, seguiremos informando a los fieles de la Diócesis de Sacramento. El Obispo Soto les pide que continúen orando por las víctimas de estos abusos, por todas las personas que han sufrido daños a causa de estos graves pecados, y por la Iglesia, que sigue trabajando en su arrepentimiento, en recuperar la confianza y permanecer fiel al Señor Jesús y a la misión que Él le ha encomendado.